Por Eduardo Yañez
El rotativo The New York Times exhibió fallas en la construcción de la Línea 12 del Metro, que pudieron haber causado directamente el colapso de una trabe y la caída de un tren en del tramo elevado el 3 de mayo pasado, que dejó 26 personas muertas y 98 lesionadas.
Según la investigación basada en documentos gubernamentales, entrevistas con personas que trabajaron en la obra y análisis de evidencia del lugar del siniestro realizado por expertos, quedó evidenciada la prisa en la gestión capitalina de Marcelo Ebrard por entregar la línea y utilizar materiales no adecuados.
Independientemente de lo que determinen las investigaciones oficiales, el accidente podría tener inmensas consecuencias, no solo para Ebrard y Carlos Slim (que anteriormente era un gran accionista de The New York Times Company y es dueño de Grupo Carso Construcciones) e incluso podría afectar a Claudia Sheinbaum por la falta de mantenimiento que no le dio Florencia Serranía.
Como dos de las figuras más dominantes del partido gobernante, se espera que Sheinbaum y Ebrard compitan por la bendición de López Obrador para sucederlo y postularse a la presidencia en las elecciones de 2024.
Según el proyecto original, la Línea 12 sería completamente subterránea, pero pronto se hizo evidente que sería demasiado costoso y llevaría demasiado tiempo. La ciudad recortó el presupuesto y dispuso de diversos métodos constructivos, Viaducto Elevado, Superficial, Subterránea y a Cajón.
Para ganar el contrato en 2008, la compañía de Slim, Carso Infraestructura y Construcción, se unió a dos firmas establecidas: una de las constructoras más grandes de México, ICA, y Alstom de Francia. Carso no tenía experiencia en la construcción de líneas de tren, pero tenía dos cualidades atractivas: liquidez en medio de la crisis financiera mundial y acceso a una empresa siderúrgica propiedad de Slim.

El diario tomó miles de fotografías del sitio del siniestro y compartió las pruebas con ingenieros expertos que llegaron a la misma conclusión: los pernos metálicos que eran cruciales para la solidez del tramo elevado —y que servían como base de toda la estructura— parecen haber fallado debido a soldadura deficiente, falla grave que probablemente causó el choque.
La explicación técnica, apunta el NYT, “resalta un patrón de oportunismo político y obras descuidadas” durante la construcción de esa línea del Metro.
El Times dijo en su reportaje que revisó miles de páginas de documentos internos, tanto gubernamentales como corporativos, sobre la línea y encontró más de una década de advertencias y alertas de seguridad antes del desplome.
“Con apuro para terminar, la ciudad exigió que las empresas constructoras abrieran el Metro mucho antes de concluido el mandato de Ebrard como jefe de gobierno en 2012”, indicó.
Sostuvo que la premura condujo a un “proceso frenético” de construcción que empezó antes de que se completara un plan ejecutivo y produjo una línea con fallas desde el inicio.
Recordó que la indignación por las deficiencias fue tan intensa que Ebrard terminó por irse a vivir al extranjero durante 14 meses, dejando atrás lo que llamó una “cacería política”.
“La tragedia ya se ha convertido en una crisis política que podría afectar a dos de las figuras más poderosas del país: Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores del presidente, y Carlos Slim, uno de los empresarios más ricos del mundo.
El NYT recordó que la idea original era construir una línea completamente subterránea, pero pronto fue evidente que sería muy costosa y tomaría demasiado tiempo. La ciudad recortó el presupuesto para la línea casi de inmediato.
Agregó que una empresa consultora contratada por el Metro enumeró las ventajas y desventajas de una línea elevada. Sería más barata y rápida, pero sería menos segura, y al final la ciudad cambió de rumbo y se decidió por una línea parcialmente elevada.
Para obtener el contrato en 2008, Carso Infraestructura y Construcción (una empresa de Carlos Slim) se unió a dos compañías establecidas: ICA, una de las mayores constructoras de México y la francesa Alstom. Carso no tenía experiencia en la construcción de líneas del Metro, pero sí liquidez en medio de la crisis financiera global y acceso a un negocio de acero propiedad de Slim.
Según el Times, la ciudad presionó a los contratistas para que concluyeran el trabajo lo más pronto posible. Las empresas se arriesgaban a una multa de alrededor de 120 millones de dólares si no entregaban la obra bastante antes del fin del mandato de Ebrard, según Enrique Horcasitas, director del proyecto. La construcción empezó incluso antes de que hubiera un proyecto ejecutivo completo.
De acuerdo con el diario, Ebrard observó que utilizar planos as built, o conforme a obra, en los que las compañías van generando los planos mientras construyen era habitual, y permitía contar con flexibilidad técnica y financiera durante su realización, sin comprometer la integridad o seguridad del proyecto.
Sin embargo, muchos de los ingenieros que trabajaron en la Línea 12 y hablaron con el Times dijeron que la mayoría de los proyectos de gran envergadura en los que habían trabajado, tanto en México como en el extranjero, empleaban proyectos ejecutivos desde el inicio.
El NYT manifestó que más allá de lo que establezcan las investigaciones oficiales, el colapso conlleva enormes consecuencias políticas no solo para Ebrard y Slim.
Si se tratara de un asunto relacionado con el mantenimiento de la línea, los votantes podrían culpar a Claudia Sheinbaum —“la protegida del presidente”, según el Times—, quien ha supervisado el Metro en su calidad de Jefa de Gobierno de la Ciudad de México en los últimos dos años.
“Dado que son dos de las principales figuras del partido gobernante, se espera que tanto Sheinbaum como Ebrard busquen la bendición de López Obrador para postularse a la presidencia en las elecciones de 2024 y sucederlo en el poder”, de acuerdo con el diario.
La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que el medio ha buscado confrontar a la autollamada Cuarta Transformación.
“¿Habría que preguntarse qué intereses no esclarecidos están detrás de este artículo?”, se preguntó en su cuenta de Twitter.
Afirmó además que su gobierno no filtró información al diario y que ha sido muy responsable en esperar los dictámenes técnicos y profesionales.
“No es nuestro estilo filtrar información y nunca lo será. Nos caracteriza decir la verdad de forma directa sin ningún intermediario”, aseveró.