Desde Florencia Serranía y ahora con Guillermo Calderón, el Metro ha quedado olvidado, lo que ya derivó en varios accidentes mortales, como el último en la Línea 3 del Metro, y el de la Línea 12.
Serranía centro sus esfuerzos en comprar solamente trenes para la Línea 1 del Metro, y se olvidó del mantenimiento a las demás líneas, lo que ocasionó el desplome de un tren, que le costó la vida a 26 personas y que dejó más de 100 lesionadas.
Mientras que Calderón centro las finanzas en el tramo subterráneo de la Línea 12 del Metro, que no tenía ningún tipo de problema.
Además, ha colocado a sus amigos en puestos clave dentro del organismo, dejando a un lado las tareas esenciales para otras líneas.
Las fallas y los percances han sido minimizadas por el actual director del Metro, Guillermo Calderón.
Incluso, el choque de ayer fue tachado como un simple percance por el funcionario que ha estado en Metrobús, Transportes Eléctricos y luego Metro.
Su destitución ya fue solicitada, no solo por grupos antagónicos, sino por los propios usuarios.
Calderón pasó de ser un funcionario de medio pelo al funcionario pudiente.
Se le ha visto en los mejores restaurantes de México, aquellos que sólo son visitados por fifis, dicho por el propios Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Incluso, en horarios laborales se le ha visto fuera de oficinas y en restaurantes. Pero el tema es que ha descuidado a la columna vertebral del transporte en la ciudad.
Qué hace el Metro en la Ciudad. Pues moviliza a 5.6 millones de personas. Conecta todos los puntos de la capital y es el medio más eficiente.
Por eso cuando ocurre alguna falla se colapsa la movilidad. Y es por eso que más allá de ver culpables, se debe buscar un correcto director o directora. Uno que se emplee para lo que fue contratado, pera el Metro mejore y no tenga esos percances que solo generan muerte y dolor.