Por Dennise Almanza
Sin duda alguna los tiempos cambian, han pasado cuatro siglos para que esto sucediera en torno a las desigualdades entre hombres y mujeres, pues por ahí del siglo xvii se vivía en un notorio desnivel en el que el hombre gozaba de más privilegios sobre la mujer, rodeando a esta con un manto de injusticia, machismo y desigualdad, arribándola en una situación de víctima, situación que no tenía mayor importancia ni cobraba ningún impacto, resultado de la normalización de este tipo de conductas, la cuales eran reiteradas a través de generaciones.
En la actualidad esto no ha cambiado mucho, (sólo se pasó a un cambió de género, pero las conductas en sí, son las mismas), pues se tienen arraigadas ideas y costumbres erróneas y equivocas, la frase célebre “hombres necios que acusáis a la mujer sin razón” dicha por Sor Juana Inés de la Cruz, nos muestra el reflejo de la situación que específicamente vivía una persona por el hecho de ser mujer, pues nacía ya condenada a llevar una vida inmersa de injusticias, lamentablemente no hemos evolucionado en el tema de igualdad entre hombres y mujeres, nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo cuarto, establece que la mujer y el hombre son iguales ante la ley, empero esta es letra muerta, ya que no es posible trascender dicho texto a la realidad que hoy en día vivimos, pues, ahora la ruleta rusa dio un giro de ciento ochenta grados, posicionando al hombre en situaciones de vulnerabilidad, pues si a una mujer se le ocurre denunciar o acusar a un hombre de violencia en cualquier modalidad, o de alguna conducta de índole sexual, está de más decir que este prácticamente ya está condenado sin previa investigación objetiva alguna, sin que salga a relucir el principio de presunción de inocencia, en la actualidad un hombre es un blanco fácil para la mujer para imputarle determinado delito, con esta idea no generalizo ninguna situación, sino sólo quiero abrir el panorama de la realidad en la que ahora vivimos, del lado oscuro e injusto, pues hoy el hombre nace condenado y nace cubierto ahora con el manto de desigualdad e injusticias, únicamente doy referencia a todos aquellos delitos armados con hechos falsos e inexistentes, en contra de hombres que son totalmente inocentes de conductas vistas como inaceptables, como sociedad no logramos un equilibrio de justicia, no se trata de si somos mujeres u hombres, se trata de que como personas que somos, como seres humanos merecemos una convivencia en armonía, misma convivencia que está en manos de cada uno, respetando los derechos de terceros justo como el ex presidente Benito Juárez Pablo García lo decía.
Jurídicamente nuestros ordenamientos establecen una igualdad ante la ley entre hombres y mujeres, lo cual es claro, justo y posible, pero no es real, hoy ante la ley el hombre está más vulnerable, como sociedad siempre hemos mostrado a través de la historia que somos ventajosos, pues a raíz de una serie de movimientos que han traído como consecuencia la emisión de leyes donde se brinda una protección más amplia a las mujeres por cuestiones de género, se toman en automático como ciertos todos los hechos que una mujer puede llegar a denunciar sin que estos hayan pasado realmente, situación que debe comprometer aún más a la autoridad en un sentido de poner mayor atención y realizar adecuadamente las determinadas diligencias o actos de investigación con la finalidad de no dejar impune a un culpable, pero sobre todo de no incriminar a un inocente, de ahí que ahora la célebre frase anteriormente citada de la señora Sor Juana cobre esencia a contrario sensu “mujeres necias que acusáis al hombre sin razón”, sin tocarse el corazón de perjudicar al prójimo.
Como sociedad nos falta mucho por entender y por cambiar, empero como autoridad garante de derechos, obligaciones y facultades se puede lograr mucho, respetando los derechos de los gobernados y respetando el debido proceso, brindando justicia a aquellos lesionados en sus bienes jurídicamente tutelados, que en un futuro no haya la necesidad de emitir más leyes que brinden mayor protección a un sector determinado de personas, porque entonces será el reflejo de que algo seguimos haciendo mal.
Como abogada penalista mujer que soy, y que me desenvuelvo en un ambiente en su mayoría de hombres, les puedo decir que yo no estoy ni a favor de las mujeres, ni a favor de los hombres, yo estoy a favor de la justicia, a favor de un debido proceso, y de una igualdad entre personas.
Abogada Postulante en material penal
Presentadora del Sistema Penal Acusatorio en Radio Fórmula en el programa Hagamos Justicia