Por Alberto Francisco Garduño
Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, Tlaxcala gozaba de cierta estabilidad atribuida a la actividad económica de las haciendas pulqueras, las nuevas posibilidades de comunicación a través de los ferrocarriles y los beneficios de una industria textil próspera. Esa aparente industrialización, originó el tránsito de campesino a obrero, diseminando esa transformación entre las familias y luego, entre las comunidades (1). Fue durante la Revolución de 1910, cuando dichas fábricas trataron de sostenerse y así fue por algún tiempo; sin embargo, los efectos del movimiento armado, el reparto agrario y la concentración de la industria en la Ciudad de México y otras ciudades grandes del país, provocaron el rezago de Puebla y Tlaxcala.
Con ese panorama, Tlaxcala se convirtió en un proveedor de mano de obra barata. El rezago arriba anotado, significó que las fábricas textiles fueron perdiendo competitividad; las actividades agropecuarias se encontraban en una situación crítica, pues al privilegiar la industria se dejaron de lado; la desigualdad ancestral entre unos cuantos propietarios y muchos otros dueños sólo de su fuerza de trabajo, se incrementó; elevando la inestabilidad social.
En consecuencia, de los años cincuenta a setentas, la migración de los hombres hacia la Ciudad de México fue creciendo; se incorporaron al trabajo de albañilería principalmente, modificando sus costumbres, hasta sus rutas y tiempos de traslado con las nuevas carreteras. Entre los aspectos que cambiaron, destaca: los hombres permanecen por mayor tiempo en la ciudad que en su lugar de origen y conviven con muchos otros, con estilos de vida diferentes, quienes los invitan a frecuentar sitios de prostitución donde se puede encontrar un primer contacto entre la figura del padrote y los trabajadores tlaxcaltecas. Incluso, gracias a algunos testimonios que reunió el investigador Montiel Torres, se puede fijar en la década de los sesenta, el momento en que comienza la actividad delictiva de la trata.
Pero, aún no se ve con tanta claridad el fenómeno; será hasta que un nuevo fracaso en el crecimiento económico de la entidad, genere la transformación social de poblaciones enteras para volcarse sobre la trata de mujeres.
Al principio del sexenio 1970-1976, el entonces presidente Luis Echeverría junto con el gobernador de Tlaxcala, buscaron hacer frente a las invasiones de las haciendas (justo esa inestabilidad social a la que se hizo referencia arriba), por eso impulsaron una nueva industrialización, con lo cual repunta la industria textil y se diversifica la producción de mercancías, generando más empleos y un aumento en la población.
Desafortunadamente, la nueva bonanza industrial trajo al presente, los conflictos entre los dueños de los factores de la producción y los trabajadores. Asimismo, se sumaron factores de naturaleza política, resultando en problemas entre el sindicato, sus líderes, el partido en el poder y un nuevo grupo, la Organización del Pueblo.
La Organización del Pueblo generó reacciones entre los empresarios, quienes tomaron medidas enérgicas contra los obreros, los boletinaron y señalaron como grilleros, así fueron despedidos y bloqueados; ninguna fábrica de la región les dio empleo. Es cuando los desempleados voltean hacia ese otro oficio, el de ser padrote; de acuerdo con testimonios, lo habían aprendido en La Merced, en la Ciudad de México (2); los hombres de Tenancingo pronto le dieron características propias a su nueva actividad económica. En el mundo, hoy por hoy, la trata de seres humanos pelea por ser la actividad ilícita más rentable (3).
Para el año 2012, el desarrollo humano de Tlaxcala (IDH 0.727) fue igual al de la República de Armenia. Según los datos del Índice de Desarrollo Humano para las entidades federativas, México 2015, se proyecta que será hasta el 2051 cuando Tlaxcala alcance el nivel de desarrollo que tuvo el Distrito Federal en 2015. En 2014, Tlaxcala dejó de estar entre las 10 entidades con mayor rezago de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano; en consecuencia, ya no recibió el Fondo Regional (4).
La falta de desarrollo es un caldo de cultivo para el delito. En el caso de Tlaxcala, se confirma “en parte” o “parcialmente”, la vinculación entre la trata de mujeres y la falta de condiciones para el ejercicio pleno de derechos humanos. En ese tenor, se esperaría que conforme hay un ascenso en el índice de desarrollo, la presencia de la actividad delictiva fuera menor y no es así; a continuación, se enfatiza el contraste.
Entre 2006 y 2008 se contemplaba la presencia de trata en diez municipios de acuerdo con las denuncias y lugares de origen de las mujeres víctimas (5); mientras que en 2014, existieron indicios de trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual en 35 municipios (6), más de la mitad del total de municipios de Tlaxcala (7).
Si bien, este contraste puede resultar burdo, deja ver el crecimiento de la actividad delictiva. No lo percibió así la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala, entidad que al responder el cuestionamiento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, acerca de la trata, señaló: “el Estado de Tlaxcala no presenta alto riesgo para la Trata de personas”, “en el Estado de Tlaxcala no hay zonas de captación ni rutas utilizadas por tratantes” (8).
Continuaremos en la siguiente entrega. Gracias por tomarte el tiempo de leer.
(1) Algo característico dentro de esta criminogénesis, es el fuerte lazo que se forma, en una especie de solidaridad, entre los hombres de Tenancingo quienes salen en la búsqueda de trabajo. En un principio para colocarse en algún empleo y más tarde, para transmitir el rol de padrote, de padre a hijos, sobrinos, ahora a ahijados y amigos; precisamente, le llaman padrino a quien les enseñó a ser tratantes. Así lo deja expuesto el investigador Óscar Montiel Torres, cuya tesis de maestría se sigue en esta parte, para dar un pequeño panorama del momento en que la trata de mujeres se volvió la industria que caracteriza a Tenancingo. Cfr., Montiel Torres, Óscar, Trata de persona: padrotes, iniciación y modus operandi, México, Instituto Nacional de las Mujeres, 2009, pp. 71-93. Consultado en internet .
(2) Cfr. Hernández Duarte, Evangelina, Tierra de padrotes, México, Tusquets Editores, 2015, pp. 14-16. (Colección Andanzas crónicas)
(3) “[…] En Europa la trata de personas es uno de los negocios ilícitos más lucrativos, ya que las ganancias obtenidas por lo (sic) grupos delictivos ascienden a unos 3.000 millones de dólares por año2, […]”. 2 The Globalization of Crime: A Transnational Organized Crime Threat Assessment (publicación de las Naciones Unidas, núm. de venta E.10.IV.6.2010). Figura en . Citado por Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, “La trata de personas: compraventa de seres humanos”, en Delincuencia organizada transnacional: acabemos con este negocio, 2018. Consultado en internet https://www.unodc.org/toc/es/crimes/human-trafficking.html.
(4) El Fondo Regional se instituyó en 2007 para apoyar a las 10 entidades con el menor índice de desarrollo con respecto al índice nacional. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Índice de Desarrollo Humano para las entidades federativas, México 2015, México, PNUD, 2015, pp. 9, 15 y 16. Consultado en internet http://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/library/poverty/indice-de-desarrollo-humano-para-las-entidades-federativas–mexi.html.
(5) Olamendi, Patricia (coord.), Trata de mujeres en Tlaxcala, México, 2008, p. 116. Consultado en internet http://cedoc.inmujeres.gob.mx/lgamvlv/Tlaxcala/tlax01.pdf.
(6) Centro “Fray Julián Garcés” Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C., Programa de Derechos Humanos y Género. Sujetos: organizaciones impulsoras de la iniciativa popular contra la trata de mujeres y niñas. Consultado en internet .
(7) Existen 60 municipios en Tlaxcala.
(8) Oficio 482/2013 del 17 de abril de 2013 de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala. Citado por Batista Jiménez, Fernando (coord.), Diagnóstico sobre la situación de la trata de personas en México, México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2013, p. 151. Consultado en internet .
Profesor de las materias jurídico-económicas en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Becario del área de Derecho Penal en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.