¿Sabrá el Fiscal General del Estado, Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez?
O será que nadie se enteró de la fiesta en una quinta, donde estaban reunidos jefes de la AEI, en Nuevo León.
Porque la pachanga fue en grande. Cantantes de alto grito y muchos carros y camionetas de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León se observaban ahí parados.
Autos de esos que solo se pueden usar 24 horas por un grupo selecto del personal, porque son para atender emergencias y para ahorrar recursos.
Pero que importante fue esa fiesta que se daba justo en el momento que en Monterrey un grupo armado sembraba terror en un baile colombiano.