Por José Antonio González
Han pasado un año y cuatro meses de la tragedia del colapso de un tramo de la estructura elevada de la Línea 12 del Metro, el cual causó el fallecimiento de 26 personas y lesiones a otras 103 y el Gobierno de la Ciudad de México encabezado por Claudia Sheinbaum desplegó una atención sin precedentes.
El traslado inmediato y cuidados en hospitales públicos y privados, apoyo económico, hospedaje y alimentación a los núcleos familiares durante la hospitalización de los lesionados, además de la asignación de 107 servidores públicos de alto nivel para facilitar gestiones.
Además de dar seguimiento y acompañar a cada familia afectada; apoyo educativo mediante becas a niñas, niños, adolescentes y jóvenes familiares de las personas lesionadas y fallecidas; empleos en el sector público y privado después de la recuperación.
No obstante, cerca de 13 personas viven entre la depresión, el dolor y sin los recursos que el gobierno ha destinado.
Doña Adriana, estuvo en silla de ruedas por un tiempo, empero, los dolores le han causado insomnios y pesadillas que no quiere recordar, era empleada doméstica.
Afirmó que quiso quitarse la vida para no seguir sufriendo. Denunció que ha tenido que suspender citas por no tener el transporte y no tener dinero para pagarlo. El colapso la dejaron con traumatismo craneoencefálico, esguince cervical y de hombro y contusiones en todo el lado derecho.
En tanto, para Sergio, la vida se detuvo en ese instante, pues estaba activo ejercitándose y de pronto su vida dio un giro, tuvo que ir al psicólogo para poder seguir. Sin embargo, denuncia que “lo tomaron muy a la ligera” pues, eran ayudas por teléfono, y no presencial, “y aparte perdí el enlace que tuve, porque ya no lo tengo, hace 2 meses me enteré que él renunció a su cargo y a mí nadie me dijo nada, entonces prácticamente estoy sin enlace”.
Además, “ha sido muy pesado, estar yendo y lidiando con el Seguro, porque no le explican nada, o me dicen: ¿Por qué no me llevaron primero al Seguro? ¿Por qué no me trajeron para acá? ¿Por qué yo llegue después? A los dos meses de que me pasó ya me querían pensionar, sin ni siquiera darme una oportunidad de rehabilitación.
Para Rigoberto desde el colapso de la Línea 12, los pensamientos suicidas estuvieron a la orden del día, así como los fuertes dolores en la pierna izquierda que le ocasionaban temperatura y una deuda de más de 300 mil pesos que tuvo que adquirir ya que, asegura, no ha recibido apoyo del Gobierno de la Ciudad de México, del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro o de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceavi).
En marzo pasado, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, confirmó la salida de Armando Ocampo de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceavi) y quien se encargaba de 13 familias que apoyaría con los gastos y manutenciones que el gobierno destinó.
A pesar de las denuncias de las Familias y víctimas sobre los presuntos hostigamientos y de ejercer violencia de género a sus empleadas, la jefa de gobierno se limitó a decir que “desempeñó un gran papel”.