Ricardo Peralta Saucedo
«Caballo que alcanza gana” es un refrán de la sabiduría popular mexicana que se remonta a las carreras de caballos, donde el caballo que, con toda estrategia, visión y estudio de los competidores en la recta final logra rebasar y alcanzar la meta.
Desde que se enunció a todos los posibles sucesores del licenciado Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República, particularmente del 28 de abril de 2022 a la fecha, en todas las encuestas serias hay una tendencia matemática de crecimiento porcentual acelerado e irreversible en favor del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
La encuesta de conocimiento, donde la sumatoria de los distintos factores respecto a su rendimiento como servidor público, su experiencia, su honorabilidad y, sobre todo, la ausencia de negativos es lo que hace que su posicionamiento frente a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard sea insustituible, ya que esa ausencia de negativos se generó a su favor por la eficacia demostrada al frente de Gobernación, pero también por su pasado como gobernador de Tabasco, senador de la República y diputado federal; el señorío y su firme postura en la defensa del proyecto de transformación le da seriedad al puntual cumplimiento de la agenda nacional en cada uno de los temas encargados por el Presidente de la República; hasta este momento, todas las comisiones han sido resueltas con éxito.
El respeto a sus funciones públicas en el cumplimiento de garantizar la gobernanza y la gobernabilidad es el mayor capital donde los encuestados afirman que tiene todas las características necesarias para ser un legítimo legatario del capital político del obradorismo, su operación política para resolver temas, como el agua de Nuevo León, la permanencia de las Fuerzas Armadas hasta 2028, la promoción de la democracia participativa con la revocación de mandato y el fortalecimiento de la democracia a través del llamado “plan B” son, entre muchas otras, acciones que se han resuelto como se le ha instruido. Las ha hecho propias de una caja de resonancia que alcanza el último rincón de nuestro país.
La mesura con la que se caracteriza su actuar político lo tiene ubicado como un hombre con formación política de alta escuela, es el único que ha respetado la institución presidencial y a su titular; los tiempos en política, como un arte, son de trazos finos y de puntería. No ha habido una sola expresión donde siquiera se sugiera de su parte buscar la sucesión presidencial; esta misma condición lo convierte en el único idóneo albacea y heredero del enorme legado político del presidente Andrés Manuel López Obrador, es clara su definición política más su identidad, pero sobresale su sentido de la inclusión y la pluralidad que caracterizan sus discursos y acciones diarias; este es el comentario que en las miles de mesas políticas, académicas, de familia y de comensales se coincide cada vez que tiene una participación ante multitudes que le han aplaudido en universidades públicas, organizaciones empresariales, académicos, obreros, campesinos, amas de casa, para quienes saben que #AhoraEsAdán.